miércoles, 24 de julio de 2013

La Vida Eterna

Heme aquí,

Lleno de la inmensa Gracia Divina que sana mi alma sin cesar y mi corazón rebosante de dicha presto la ha de confesar.

¿ Que bien se recibe del trabajo sino del amor de Dios que nos alimenta cada día aunque seamos uno o infinito o siete o tres o dos ?

¿ Por que afanarse en esta vida en encontrar las riquezas si por ventura el Señor es la mayor de las grandezas ?

¿ Quién puede añadir un codo a su estatura o cambiar muerte por vida o sanar las almas de todas sus heridas ?

Apresúrate a encontrar su camino para que tu corazón encuentre el alivio, encuentre la paz y la oración, encuentre el verdadero amor, ese que es fiel e incorruptible, ese que nos da la bendición, ese que nos libra del maligno, ese que nos da la salvación.

¿ De que serviría el mundo ganar si con ello el alma perdieras y en el juicio de Dios, a la otra existencia al pasar, del libro de la vida borrado estuvieras ?

Sabrías que lo que de este mundo es, no merece ninguna alabanza, sino solo lo que divino y solo uno es, y que engrandece nuestra semejanza, y que ha sido y es y que ha de venir, y que en su gloria habita la esperanza, y el amor y la vida eterna y la fe, y que nos espera con añoranza. 

Dulce río ha de brotar y nacer y rellenar nuestra alma, cuando el amor siempre verdadero y fiel, nos conduce a su paz y a su calma, por la vereda de la bondad y el bien, que alumbra sin fin y no descansa, guiando nuestros corazones y pies, hasta su morada con vida mansa.

La salvación siempre ha sido y es, aceptar al Señor en tu corazón, Jesucristo llamado es, y el único Redentor, Cordero de Dios y Rey de reyes, y de toda gloria merecedor, que por su amor y sacrificio fieles, ganamos la resurrección.

¿ Recordarás su palabra y Le llevarás en tu corazón, sellado por el Espíritu Santo para el día de la redención ?

Recuerda que Dios te ama y que Dios es amor, también, que Jesucristo es su Hijo unigénito y el Espíritu Santo nuestro Consolador, Amén.





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