miércoles, 19 de junio de 2013

La Coronación y La Boda

Heme aquí,

Inundado por la brisa en la mañana que susurra por mi oido al despertar de la noche mas oscura que he tenido y que Dios me ha iluminado al madrugar.

Bendito sea mi amado y sufrido, amor de verdades eternas, que ha venido a salvar el motivo, en la tierra que Dios alimenta, dicha y honra vienen de camino, para mi amada y en pos de mi ser, que hoy por la gloria ha nacido, el alma de la concordia fiel.

Mi Señor me ha coronado, de rica leche y dulce miel, y ungido con el oleo de los reyes de Israel, la casa ha perdonado de mi padre de una vez, por amor a su sirviente que lo ama como a El, y es tan grande su amor y su gloria, que nada ni nadie la podrá corromper, porque en su paz habita la memoria, de los hijos de Dios al nacer, por ventura llamados ahora, los hijos del amanecer.

Día grande y solemne, bendecido ha de ser, por la gracia viviente, de aquel que ha sido y es.

Hoy se dispone a entregarme, a mi esposa dulce y fiel, y es tan grande mi gozo y mi honra, que con todo mi amor no la alcanzo a ver, porque desde el horizonte hasta donde la luna asoma, solo el principio es ser, y desde su borde hasta el confín de la nada, llega su amanecer.

Emma, mi dulce y sencilla amada, que feliz me vas a hacer, cuando aceptes de mi palma, la alianza de mi ser, y en tu anular ya colocada, y con tu ajuar y tu querer, la bendición de Dios me es dada, de mi esposa a través.

Bendícenos Padre Celestial y Divino, y libranos de todo mal y traspiés, y nútrenos de tu amor siempre vivo, que atraviesa nuestro ser.

Oro y joyas nos has dado, vino y leche por beber, las canastas has llenado con el pan de tu merced, y los niños ataviados con bondad hazlos crecer, que los dias agraciados, empezaron desde ayer.

Vive Dios, que nos ha de corresponder, con toda clase de palacios y moradas a sus pies, nada útil ni bello faltará pues, para todos aquellos que en su amor le ven, con semejante tesoro pobre no estaré, y la riqueza de diamante, zafiro y oro, abundará por doquier.

La sagrada Bendición inunda, nuestros corazones al unísono, El es la verdad infinita, la misericordia y la resurrección, Amén.


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